Ya has elegido el departamento NUEVO que deseas comprar, hiciste todos los trámites para la autorización de tu crédito hipotecario y luego llega la firma de escrituras. Con este paso el depa de tus sueños es finalmente tuyo.
Por medio de la escritura es que se comprueba legalmente que eres el propietario del departamento que adquiriste. Si en algún momento deseas venderlo o heredarlo, solo podrás hacerlo si cuentas con las escrituras en regla.
El notario es la única persona que puede realizar el trámite y darle validez. Para acudir a él debes contar con:
El costo también es variable y depende del valor catastral del inmueble, ya que durante el trámite se deben cubrir diversos gastos y el pago de impuestos:
De acuerdo con el Colegio de Notarios de la Ciudad de México, el notario tiene la obligación de hacer la retención de impuestos, pero deberá desglosar cada uno de los conceptos que estás pagando. Además, se realizan jornadas notariales en las que se puede llegar a obtener descuentos en el trámite de escrituración.
En las notarías pueden ofrecerte asesoría gratuita, mientras que muchas inmobiliarias o desarrolladoras tienen acuerdos con notarios, para hacer el trámite mucho más rápido, ya que cuentan con toda la documentación a la mano.
Una vez que se presenta toda la papelería, el notario solicita un certificado y avisa al Registro Público de la Propiedad sobre la compra del inmueble.
También se encarga de obtener las constancias de uso de suelo y no adeudo de agua y predial y revisa que quien está vendiendo el inmueble esté autorizado a ello.
Posteriormente redacta la escritura, realiza la retención de impuestos y expide un testimonio que incluye todos los comprobantes, como el contrato del crédito hipotecario y el contrato de adquisición.
Por último, hace el trámite para la inscripción en el Registro Público de la Propiedad del nuevo propietario.
Recuerda que el notario te entregará copias simples en la firma, después se te deberá entregar un testimonio original o una copia certificada, para demostrar que eres el dueño del inmueble. Son los únicos documentos que tienen validez legalmente.