¿Llegas al final de la quincena y no sabes adónde se fue tu dinero? Lo peor es cuando te das cuenta de que no has gastado en nada realmente importante. Si esto te resulta familiar, aquí encontrarás algunos tips para que empieces a reducir gastos y puedas ahorrar.
Solo 23 de cada 100 mexicanos hacen anotaciones de sus gastos y solo 22 de cada 100, lleva un presupuesto o registro de sus ingresos o gastos, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2021 (ENIF) realizada por el INEGI.
La principal dificultad de no llevar un presupuesto es que no tienes una idea clara de cuánto gastas y en qué se va tu dinero.
Por regla general, las personas suelen invertir la mayor parte de su dinero en alimentos y bebidas (38.0% de sus ingresos), transporte y comunicaciones (18.6%) y vivenda y servicios (11.0%), según datos de la Encuesta nacional de ingresos y gastos de los hogares 2020 (ENIGH), que también elabora el INEGI.
Hay diferentes gastos, los cuales dependen de la importancia que tienen en tu presupuesto y qué tan imprescindibles son.
Así, no se puede comparar el pago de la renta o de la comida, con lo que se destina a la compra de ropa, por ejemplo. Tampoco es equiparable el gasto destinado a los servicios básicos, que a la suscripción de servicios de streaming.
De todos los gastos que tienes en el mes, haz una división en dos columnas, aquellos que son importantes, de los que no lo son.
Ten en cuenta que en ambos tipos de gastos puedes ahorrar y que no necesariamente tienes que recortar todos los gastos destinados al entretenimiento o a las compras no tan esenciales.
Por supuesto que los gastos indispensables siempre tendrán prioridad, pero de lo que se trata es de que todos tus gastos estén contemplados, para que no te salgas del presupuesto o te endeudes por ellos.
Hay algunas estrategias que debes seguir para identificar tus propios gastos y empezar a reducirlos.
Lleva un registro
Puedes hacerlo incluso con papel y lápiz, con aplicaciones para el teléfono o hacerlo en tu computadora. Todo depende de qué te resulte más cómodo.
En segundo lugar, debes ser constante. Ya sea que hagas cuentas cada día o lo dejes para el fin de semana, pero debe convertirse en un hábito. Además, debes tratar de ser lo más preciso posible, para evitar volver al principio cuando no sabías adónde se iba tu dinero.
Una vez que has identificado tus gastos, podrás ver qué es importante y qué no. En los gastos menos necesarios es donde puedes empezar a recortar.
Usa tarjeta, en lugar de efectivo
La tarjeta tiene varias ventajas, sobre el efectivo. En primer lugar, puedes revisar el estado de cuenta y saber exactamente en qué gastaste.
En segundo, es más fácil perder dinero en efectivo, que con la tarjeta. Seguro te ha pasado que pensabas que traías cierta cantidad en la cartera y resulta que es menos.
Cambia de hábitos
En lugar de pedir comida todos los días o ir a comer a un restaurante, prueba cocinar algunas de tus comidas. Incluso aunque solo cambies el desayuno y la cena, por algo preparado por ti, ya estarás ahorrando.
Revisa las suscripciones a los servicios de internet, si hay alguna que solo usas ocasionalmente, es mejor cancelarla o prueba con otro servicio que sea más barato.
Recorta todo lo que puedas los gastos hormiga o pon un límite de cierta cantidad en la semana, para que al menos puedas tenerlos más controlados.
Como verás, con pequeños cambios podrás hacer una gran diferencia, después podrás ir revisando qué otros gastos puedes eliminar definitivamente.